Lo primero que hay que saber es que el hecho de que la plata se oscurezca no implica que sea de mala calidad, ni que se haya estropeado; simplemente es algo completamente normal hablando de este metal.
Muchos cometemos el error de pensar que la plata se oxida. La plata no puede oxidarse, ya que no reacciona con el oxígeno del aire, sino con el azufre también está en el mismo en forma de sulfuro de hidrógeno. Sin entrar en más detalles acerca de la reacción química, este sulfuro lo que hace es “empañar” la plata, le da primero un aspecto amarillento y después, con el tiempo, negro.
Otros factores que pueden oscurecer la plata son los productos que nos ponemos en la piel: perfumes, maquillajes, cremas, etc, ó el propio sudor. Al contacto con el metal de una forma continuada hacen que al final pueda ser corrosivo para ella y termine oscureciéndola.
Exponerlas a largos periodos de sol, de luz artificial, de agua de mar o productos de limpieza abrasivos puede producir el ennegrecimiento de la plata.
Además, el PH (índice de acidez) de la piel puede tener determinadas características que producen el oscurecimiento rápido de la plata. Por ello alguna pieza se te puede poner negra a tí y a una amiga tuya no.

CUIDADOS 
Mantenga sus joyas de plata lejos de productos químicos agresivos como el cloro y líquidos de limpieza. Esto reducirá abrasiones diarias y prolongará el brillo del metal
Mantenga sus piezas de plata por separado en bolsas de tela suave o cajas original para protegerlos de la exposición a los duros elementos cotidianos.
Se recomienda no utilizarlos para: hacer actividades físicas, domir o bañarse.

LIMPIEZA
Para limpiar joyas de plata, utiliza una solución de agua caliente + una cucharada de bicarbonato de sodio + detergente, luego lavar suavemente con un cepillo de cerdas suaves (un cepillo de dientes viejo funciona bien).
Para piezas que son difíciles de limpiar con un cepillo, le recomendamos contactarnos para poder realizar una limpieza profunda o pulido. Con esto se logra una limpieza total, que dejara su joya como nueva, sin tener que correr el riesgo de dañar la misma.